Día Mundial de la Salud Sexual

 
Publicado por Irene Bedmar

Salud sexual y derechos sexuales, fundamentales para el bienestar

La salud sexual es un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. Requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia.

En el año 2010, la Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS) convocó a todas sus organizaciones afiliadas para incrementar el esfuerzo por promover, a nivel mundial,  la conciencia social sobre la salud sexual.

Desde entonces, cada 4 de septiembre celebramos el Día Mundial de la Salud Sexual. El propósito es sensibilizar y concienciar a toda la sociedad sobre la importancia del ámbito sexual en nuestras vidas, admitiendo su relevancia médica, pero yendo mucho más allá de esta dimensión.

Por este motivo, el 4 de septiembre de 2014 la WAS aprobó y publicó una actualización de la Declaración de Derechos Sexuales, donde se incluyen, entre otros, aspectos legales y jurídicos que, como terapeuta sexual, considero esenciales para proporcionar las herramientas de apoyo necesarias para las crecientes víctimas de delitos sexuales.

Volviendo a la definición oficial de salud sexual de la OMS y partiendo de la importancia de conocer bien nuestros derechos sexuales, creo que es la ocasión perfecta para recalcar varios aspectos que, como sexóloga -y buena conocedora de las inquietudes de la gente a nivel sexual- considero esenciales:

Bienestar y placer

Si hay algo que a estas alturas debemos tener muy claro es que el sexo «no está pensado» para sufrir, sino para todo lo contrario. Esta cuestión -en apariencia muy simple- parece que, en muchos casos,  sigue costándonos en la práctica. Pues bien, está científicamente demostrado: los principales enemigos del placer/bienestar son emociones negativas (miedo, culpa, vergüenza…), así como ideas erróneas sobre cualquier aspecto relacionado con la sexualidad.

Por ejemplo, es incompatible estar preocupados -u obsesionados- por una enfermedad sexual y ser capaces de sentir placer a la vez porque nuestro sistema nervioso no nos lo permite. Aprovecho también para recordar que en las relaciones sexuales (o en la masturbación), cuando aparece el dolor, significa que algo no anda bien. Así que, por favor, no abandonemos la saludable práctica del sentido común y atendamos a los mecanismos naturales de aviso de nuestro cuerpo. (Y por si alguien se lo pregunta, no conviene confundir prácticas BDSM -donde se establece un acuerdo específico para el control gradual de la intensidad de la excitación sexual- con prácticas sexuales directamente dolorosas).

Enfoque positivo y respetuoso

En todo momento, estamos defendiendo un modelo de sexualidad que parte de una serie de valores básicos, como son el respeto (a mí y a mi pareja sexual) y las emociones positivas. Estas emociones positivas no van a aparecer por arte de magia, sino que requieren esfuerzo y concienciación, tanto a nivel individual, como en pareja.

Posibilidad

También hablamos de la libertad, de la opción, de la ausencia de normas rígidas en las que encorsetar nuestra sexualidad, seamos mujeres u hombres. Todo esto son conceptos primordiales y debemos aprender a llevarlos a la práctica. Por ejemplo, NO hay obligación de coito vaginal siempre que vaya a haber contacto sexual.

Vivimos en el siglo XXI. Confío en el aumento de la creatividad sexual en nuestra sociedad, aunque solo sea un poco.

Además, -aunque con mucho esfuerzo- las mujeres por fin vamos perdiendo el miedo a hablar de nuestra sexualidad. Así que ya no hay excusas para salir del «sota, caballo y rey», porque información no nos falta.  Eso sí, mucho ojo con el rigor de las fuentes de información y, por favor, cuida a conciencia la comunicación sexual con tu pareja. Mejor pregúntale directamente a él/ella si le gusta o no algo antes que buscar en Internet si «a las mujeres/a los hombres les gusta» tal o cual cosa.

Relaciones sexuales seguras y libres

La seguridad y la libertad afectan tanto al tema de nuestra salud e integridad física como al tema emocional. Es decir, la prevención de ETS y de delitos sexuales es esencial (responsabilidad sexual), pero como venimos diciendo, la sexualidad es solo tener sexo, integra también nuestras emociones. Por ello, es hora de acabar con la idea de que el sexo es un simple desahogo (que también) y disfrutemos de los grandes beneficios de compartir nuestra propia vivencia positiva de la sexualidad con la persona con la que nos sintamos a gusto.

Más allá de la ausencia de enfermedad

Así que ya sabes, toma nota: estar sexualmente sanos/as no es solo no tener enfermedades o problemas sexuales, sino ser capaces de disfrutar de una vivencia realmente plena y satisfactoria de nuestra dimensión sexuada.

Y si aparecen complicaciones, afortunadamente, hoy en día se pueden solucionar con ayuda profesional.

Más información y enlaces de interés:

Acerca de

Soy Irene Bedmar, psicóloga y sexóloga clínica. Te invito a conocer mi actividad profesional como psicóloga y terapeuta sexual, así como a leer apasionantes artículos de psicología y sexualidad en mi blog y conocer mi contribución a la divulgación científica en los medios.

1 comentario

  1. Vane
    |

    Yo que practico el sexo liberal y estoy metida en el mundo swinger, esto es super importante y no todo el mundo lo tiene en cuenta. Gracias!

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